- Primero de todo, y lo más importante! De acuerdo que el deporte es salud, pero para poder practicarlo con total seguridad deberíamos asegurarnos que nuestro cuerpo está listo para empezar a correr. Por ello, consulta a tu médico: Antes de empezar cualquier actividad física, es importante que hables con tu médico para asegurarte de que estás en buenas condiciones para correr. Si tienes alguna condición de salud o lesión, es posible que necesites un plan de entrenamiento
Consigue un buen par de zapatillas: En este post, podréis ver los 6 consejos indispensables para elegir las zapatillas idóneas. Las zapatillas para correr son una inversión importante y necesaria para cualquier corredor. Asegúrate de comprar un par de zapatos adecuados para correr que se ajusten bien y sean cómodos para tus pies. Y un consejo de experiencia personal: consulta antes de comprarte tu par de zapatos qué tipo de pisada tienes, ya que si somos pronadores y compramos unos con pisada neutra, doblaremos la estructura de los zapatos y pisaremos mal, con el consiguiente aumento de riesgo de lesiones y dolores en espalda, rodillas y tobillos tras correr. Piensa que los zapatos es lo que se lleva el primer impacto, por lo que cuánto más absorban el impacto, más cómodos iremos. Un último consejo personal sobre este punto: No escatimes en los zapatos!
No empieces la casa por el tejado! Comienza con un ritmo suave: Para evitar lesiones y agotamiento, es importante que comiences con un ritmo suave y gradual. Si eres nuevo en el running, es posible que quieras empezar con caminar y correr alternando hasta que te sientas cómodo para correr continuamente. Recuerda, caminar no es pecado! Al principio, no os fijéis tanto en el ritmo, fijaros más en vuestras sensaciones, ya habrá tiempo para mejorar ritmos. Nuestro objetivo inicial, será ganar resistencia, no acabar cada salida reventados.
Establece objetivos realistas: Para mantenerte motivado, establece objetivos realistas y alcanzables. Puedes empezar por correr durante 20 minutos al día, tres veces por semana, y aumentar gradualmente la duración y frecuencia de tus carreras. Debes escuchar a tu cuerpo. Aunque te marques un objetivo, si hay algún día que no estás motivado para correr, o sencillamente no estás en condiciones por algún dolor, o malestar, descansa, tu cuerpo se recuperará antes.
Está recomendación es bastante lógica, pero, muchos por falta de tiempo o por querer ir al turrón directamente, se saltan: Haz ejercicios de calentamiento y enfriamiento: Es importante calentar antes de comenzar a correr para preparar tus músculos y reducir el riesgo de lesiones. Haz algunos ejercicios de estiramiento y movilidad antes de empezar y dedica unos minutos al final de cada carrera para enfriar y estirar tus músculos. Es importante destinar unos minutos a calentar y enfriar, te aseguro que notarás la diferencia de hacerlo a no hacerlo.
Encuentra un compañero de running: Correr con un amigo o un grupo puede ser una excelente manera de mantenerte motivado y disfrutar del running juntos. También es una buena manera de asegurarte de que estás corriendo de manera segura y adecuada. Con el auge de running, hay un montón de grupos de runners de todos los niveles que realizan salidas, puedes buscarlo mediante redes sociales, o bien buscar si cerca de dónde resides hay algún club o asociación.
Mantén un diario de running: Mantener un diario de running puede ayudarte a hacer un seguimiento de tu progreso y motivarte a alcanzar tus objetivos. Puedes anotar la duración y la distancia de cada carrera, así como cualquier otro detalle relevante. Aunque, cómo ya hemos mencionado en puntos anteriores, no debemos obsesionarnos con los tiempos y los ritmos sino que debemos primar ser constantes e ir ganando resistencia poco a poco.
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